Rubi, el arquitecto del ascenso
No quiso pronunciar su palabra prohibida hasta que el campeonato expiraba. Y finalmente ha sido esa, el ascenso, la que le ha convertido en inmortal en Almería, uniendo su nombre al de Unai Emery y Javi Gracia, los otros dos técnicos que llevaron al club almeriense a una categoría que hace dos décadas era una utopía. Joan Francesc Ferrer Sicilia (1970, Barcelona), Rubi, quiso pisar por terreno seguro y lo primero que hizo al aterrizar a tierras almerienses a final de abril del pasado año fue cimentar una paciencia que faltó previamente desde la llegada de Turki Al-Sheikh. El Almería era tercer clasificado y veía el ascenso directo a seis puntos. Sin embargo, el preparador criado en Vilasar de Mar no quiso que su equipo se obsesionase con ascender de categoría, teniendo cierta tranquilidad al firmar hasta junio de 2023.
Las tres victorias y los dos empates en esas últimas seis jornadas de liga provocaron la segunda promoción seguida, de nuevo con un Girona que otra vez volvió a dejar sentenciada la eliminatoria en Montilivi. Sin embargo, Rubi pidió continuidad en la plantilla y el club le respondió, quedándose piezas importantes como Akieme, Samu Costa y Sadiq, reforzándose, además, con futbolistas con experiencia en el fútbol español, caso de Portillo o Pozo. Durante la pretemporada el arquitecto de Vilasar de Mar hizo mucho hincapié en el trabajo defensivo para evitar los groseros fallos de años atrás. En muchas de sus ruedas de prensa ha reconocido que el objetivo era no encajar más de un gol por partido, haciendo la pegada de su equipo el resto.
Tras un arranque dubitativo con derrotas en Lezama y Ponferradina, todo viró al apostar por César de la Hoz en el puesto del mediocentro de su 1-4-1-4-1, adelantando a Samu