Rins arranca a tope y Márquez, quinto con buena sensación
Marc Márquez está de vuelta con todas las de la ley, como si nada hubiera pasado hace 19 días, cuando sufrió una de las caídas más contundentes de su carrera deportiva en el warm up de Mandalika. Aquella salida por orejas de su Honda, con testarazo contra el asfalto, provocó que se reprodujeran sus problemas de visión doble del pasado invierno, aunque de manera más leve, y en el FP1 del GP de Las Américas ha quedado claro que está perfectamente apto para pilotar. Aún no lidera como es habitual en él en el circuito de COTA, pero su quinto puesto y su pilotaje exhibido, con trallazados, levantadas de la rueda trasera en algunas frenadas y alguna colada, confirma que sigue buscando los límites y que ha empezado con buenas sensaciones.
Lo que también ha confirmado ya el del Repsol Honda es que no le resultará nada fácil ganar por octava vez en el trazado texano, no sólo por su lógica falta de ritmo tras dos carreras parado sino por el ritmazo exhibido por Álex Rins. El de Suzuki tuvo un comiendo de sesión delicado, porque se le paró la moto y tuvo que regresar al box de paquete para subirse a su otra moto. Ya en ella, tuvo que regresar a boxes para que le rellenaran el combustible, algo que no le hizo mucha gracia a tenor de sus gestos, pero que no le descentró ni le quitó las ganas. A partir de ahí, se puso a tirar con una contundencia y perserverencia pocas veces vista en él, parar marcar tres vueltas rápidas consecutivas en el final de la sesión que le dejaron al frente de la tabla de tiempos con ocho milésimas de ventaja sobre Maverick Viñales.
Rins, que ha ganado en esta pista en las tres categorías, parece dispuesto a hacer buena la secuencia que dice que gana cada tres años en COTA. Lo hizo en 2013 en Moto3, lo que


