Real Madrid | Casemiro, desencadenado
Quique Sánchez Flores levantó una muralla el sábado en el Bernabéu y el encargado de encontrar el resquicio fue Casemiro. Vinicius le puso envoltorio con el exterior de su bota al esférico y el brasileño, remate en plancha mediante, aceptó el regalo. «No lo sé. He visto el hueco y para allá», expresaba en RMTV sobre, entre risas y con su hija menor en brazos. La televisión oficial del club le ha dedicado un reportaje, gracias al deseo de la primogénita de Case, que quería «pisar el campo de papá». Se pudo ver a un Casemiro feliz, familiar y bromista, pero que no perdía de vista lo venidero: «Salimos con tres puntos importantes. Ahora toca pensar en el Chelsea».
«Sabemos que será difícil, pero es nuestra casa, nuestro público...», continuaba, consciente de que lo de mañana huele a final. Una a la que llega en el mejor momento de su temporada. Por momentos, el paulista, único futbolista sin ‘doble’ en la plantilla, parecía necesitar una recarga de pilas. Era un Casemiro a medias, pero ha llegado el electroshock y en el momento crucial de la temporada muestra su mejor nivel. En Stamford Bridge se salió y selló un partido sensacional, ante un centro del campo que apenas un año antes fue pesadilla, con Kanté al frente. Se ha quitado las cadenas.
Además,, cuando el belga ingresó al terreno de juego comenzó a dominar con su robustez a la defensa blanca y Ancelotti, en un gran movimiento táctico, situó al de São José dos Campos como improvisado central. Su tarea era sencilla, no por baladí, sino por específica: amargar la existencia al delantero. Militao y Casemiro son los dos líderes aéreos del Madrid. Con el primero en el banquillo por una torsión de rodilla, el segundo tomó el mando y apagó el furor con el que arrancó Romelu.
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