Qué quiere decir Alfa Romeo y por qué su logo exhibe una serpiente asesina
Durante más de un siglo la marca ha sabido conservar lo mejor del automóvil deportivo italiano, aunque curiosamente su origen es francés.
Un Alfa Romeo Giulietta SZ de 1960.
Con una redundante frase los alfistas zanjan cualquier discusión respecto a su marca preferida. “Un Alfa es un Alfa”. Y es que desde principios de siglo pasado la marca italiana ha atraído a innumerables seguidores por su forma de hacer los coches: muy bellos en su y siempre
En 1900 Italia asistía al nacimiento de a la que solo acompañaban en el mercado nacional algunas marcas de tipo artesanal. Pero como las importaciones estaban gravadas por unas tasas muy elevadas, en pocos años se multiplicaron los pequeños fabricantes que pugnaban por hacerse un hueco en el creciente sector de la
Era un escenario propicio pero excluyente para los fabricantes extranjeros. Entre ellos un visionario emprendedor francés que con su propia marca contribuía al desarrollo y diseño de los vehículos a motor.
Para sortear los aranceles de importación en la aduana, Darracq fundó en Nápoles en 1906 la Sociedad Anónima Italiana Darracq (SAID). Así ensamblaba en Italia sus coches con las piezas que se fabricaban en Francia. Un año después trasladó la planta a Milán para reducir costes en el transporte.
Esta medida no fue suficiente para salvar un periodo de recesión económica, al que se sumó una dura competencia de los coches genuinamente italianos. Los patriotas compradores nacionales seguían considerando los Darracq como coches extranjeros.
Ante las insalvables dificultades de establecerse en aquel mercado, Darracq vendió su empresa en 1910 a un grupo de empresarios y financieros milaneses dirigidos por Ugo Stella, que hasta entonces había ocupado el cargo de consejero