¿Qué es el amianto, por qué es tan peligroso y en qué lugares y construcciones se puede encontrar?
Esta semana ha fallecido Luis Gómez, de 65 años, un trabajador de Metro de Madrid al que le diagnosticaron su exposición al amianto y un posterior cáncer de pulmón. Según Comisiones Obreras, Gómez es “una nueva víctima más de Metro, de las 12 que por desgracia ya se conocen hasta el momento” y que ha fallecido por su exposición a ese “material cancerígeno”.
El amianto es un término genérico que engloba seis minerales silicatos. Debido a sus propiedades fibrosas e ignífugas, el sector de la construcción comenzó a utilizarlo en fibrocementos, filtros, componentes mecánicos, tuberías, aislantes y elementos mecánicos ferroviarios, entre otros. Si el amianto se altera, bien sea por manipulación o degradación, produce microfibras que penetran en el cuerpo mediante las vías respiratorias y permanecen en el tracto respiratorio durante décadas. Según explica a El País Jaume Ferrer, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Vall d'Hebron, “el amianto provoca cáncer de pulmón, laringe y ovarios”.
Así, la exposición persistente al amianto produce dos principales dolencias, la asbestosis y el mesotelioma. Los primeros síntomas de asbestosis aparecen entre 10 y 20 años después de la exposición al amianto y cualquier tipo de cáncer provocado por este tarda entre 20 y 40 años en manifestarse.
En el 2020, el periódico El País publicó un reportaje titulado, en el que explica las principales aplicaciones de las fibras de amianto: en placas de fibrocemento (placas aislantes que se colocan bajo los tejados, hechas con amianto y resistente a altas temperaturas), tuberías y aislantes ferroviarios. Según la en España el amianto se ha utilizado, además, en aislantes, canales, depósitos, como proyectado ignífugo en garajes y comunidades de