Pedri resucita el gol de Tejero

Juan Jiménez

El 30 de enero de 1988, en un derbi sevillano, Ramón Vázquez voló por la banda del Villamarín. Cholo dejó pasar su centro, que cayó en pies de Francisco López Alfaro, volante de tremenda clase. En lugar de rematar, ya casi dentro del área pequeña, hizo una pausa y un recorte que se llevó por delante a tres jugadores del Betis. Luego, empujó el balón a placer. Los sevillistas, con la dosis de guasa inevitable, lo bautizaron como el gol de Tejero. Ya saben: «Todo el mundo al suelo». Los más jóvenes lo podéuis buscar en YouTube.

Fue lo primero que se vino a la cabeza anoche cuando vi a Pedri en el área del Galatasaray, paseando con el balón como un funambulista. Cuando hace el primer amago, ya te sorprende. Cuando hace el segundo, te pones las manos en la cabeza. «Tengo la suerte de no pensar», dijo después del partido. Es una buena manera de explicarlo. Por eso en el fútbol no solo ganan los cerebros amueblados, también los artistas. El caso es que Pedri sí tiene la cabeza bien puesta, pero el talento le desborda.

¿Cómo explicar esa contradicción? Los goles de Pedri y Aubameyang teletransportaron al Barça al sorteo de cuartos. Ha sufrido mucho Xavi en este viaje de los octavos que se suponía un trámite después de Nápoles, pero el Barça supo arrimarse cuando hacía falta y Pedri nos resucitó el gol de Tejero. Bueno para los aspirantes a carrozas, bueno para los youtubers.

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