Ni un atisbo de rebeldía

La derrota en Getafe, al igual que la del Cádiz en Orriols, han supuesto un golpe de más que tres puntos para el Levante. Dos rivales directos por el descenso que se escapan en la carrera a costa de la crisis granota, alzándose con el golaveraje en el duelo directo y demostrando que un buen trabajo en el mercado de enero puede marcar la diferencia.

«El Getafe era el ejemplo. Era lo que queríamos. Se ha reforzado bien y seguramente jugando así no tenga problemas para salvarse», reconocía Sergio Postigo tras la debacle del pasado viernes. El conjunto azulón, hasta la llegada de Quique Sánchez Flores, justo cuando el Levante firmaba a Javier Pereira, tan sólo sumaba un punto en Liga. 14 jornadas después, ya suman 25 y comienzan a mirar hacia arriba en la tabla.

El partido en el Coliseum era considerado una final por el vestuario y el que el equipo, de nuevo, no estuvo a la altura. «Es algo que ve todo el mundo. No estamos dando el mínimo que hay que dar en la categoría», aseguraba el central madrileño, capitán en ausencia de José Luis Morales.

El Levante suma 11 puntos en 22 jornadas, situándose a 12 de distancia con respecto al descenso a falta de 16 jornadas de campeonato por disputarse. Con una única victoria en lo que va de temporada, la única del equipo en prácticamente diez meses.

Desde el triunfo frente al Eibar el 10 de abril del pasado año, el Levante tan solo ha sido capaz de vencer al Mallorca el pasado mes de enero. El dato más sangrante, sin embargo, es que, durante ese trayecto, solo se ha conseguido celebrar otra victoria: frente al Huracán Melilla, equipo amateur, en el estreno de Alessio Lisci en el banquillo del primer equipo.

El objetivo de la permanencia, basándose en la trayectoria del equipo, es una