Marc recurre al médico de Nadal

Su intención es dejar atrás la lesión en el brazo, pero siguen existiendo limitaciones que no le permiten olvidar lo sucedido el pasado 2020. Son heridas de guerra y toca vivir con ello. Marc Márquez continúa luchando para poner fin a su recuperación en el brazo derecho, ese que le mantuvo durante nueve meses fuera de los circuitos y que le obligó a pasar hasta tres veces por quirófano. Una lesión de la que todavía sufre las consecuencias de querer forzar una vuelta temprana. Se subió a la moto unos días después de su primera operación, pero el cuerpo dijo 'basta'. Como diría Stoner, su ambición pudo más que su talento y todo lo que vino después fue su gran pesadilla. Nunca antes el de Cervera había vivido una lesión tan larga.

De hecho, en cierta parte la sigue viviendo. El curso pasado ganó tres carreras, pero algunos circuitos seguían ganándole a su físico. Su tampoco le ayudó a poner remedio a estas «limitaciones» que sigue nombrado porque, pese a seguir trabajando en el gimnasio, la moto se tuvo que aparcar de nuevo por tres meses más. Nada parecía ir bien, pero Márquez se impuso a todo y logró llegar a los test de Sepang. Habló de sus buenas sensaciones, pero en cuestión de hombro… las molestias siguen estando presentes. «De momento es imposible aguantar todo el día en un ritmo constante, siendo rápido y tirando. He rodado hasta el final, pero por la mañana le he dicho al equipo de parar porque no estaba pilotando ya bien», admitía Márquez, derrotado tras las jornadas de pruebas en Sepang.

Por ello, tras verse estancado en su avance físico, Marc decidió tomar cartas en el asunto. Así lo confesaba en donde desvelaba un cambio en su equipo médico de lo más sorprendente. Si bien Márquez había dejado claro en varias