Los MVP inolvidables de la Final Four de la Euroliga

Primer MVP de la final de la Euroliga, que todavía se jugaba al mejor de cinco partidos. El argentino empezó algo discreto en los dos primeros encuentros de Bolonia (aunquqe quedan para el recuerdo los 7 balones robados el primer partido), pero en el tercer duelo de la serie, en Vitoria y con 1-1 en el marcador global, explotó: 27 puntos, 4/8 en triples y 31 de valoración. En el quinto y defintivo metió otros 16 tantos, además de repartir 6 asistencias. Uno de los mejores jugadores que ha pisado las pistas europeas este siglo, como demostraría poco después en la NBA.

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Con la llegada de la Final Four comenzó el reinado del serbio, otro de esos jugadores que han hecho grande esta competición. Ganó dos MVPs consecutivos, en 2002 con el Panathinaikos con dos exhbiciones (26+9 ante el Maccabi en semis y 21+7 ante la Virtus de la final), y en 2003 con el Barça, la primera Copa de Europa del equipo culé. En el partido por el título ante la Benetton de Treviso metió 20 puntos, cogió 8 rebotes y logró 27 de valoración.

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El actual entrenador del Barça fue uno de los mejores, si no el mejor base de Europa en los primeros años de la década de los 2000. El momento cumbre de su carrera llegó en 2005 con el Maccabi cuando sumó una Euroliga más a su palmarés (tiene cuatro en total, el que más de la historia), pero también el MVP de la Final Four. El Baskonia fue, igual que en 2001 con Ginóbili, su víctima. El lituano acabó el partido con 22 puntos, un 3/4 en triples, 6 rebotes, 5 asistencias y 26 de valoración.

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Con él comenzó el reinado del baloncesto griego en el MVP de la Final Four. Desde el suyo en 2006 y hasta 2013 los jugadores helenos se llevarían seis de los ocho posibles. Leyenda del CSKA, con quien ganó las tres