Los Knicks son un absoluto drama
La temporada es un vía crucis para New York Knicks, justo después de su primer billete (con ventaja de campo en primera ronda, además) para playoffs desde 2013. Nada ha ido como tenía que ir y cada partido parece más duro que el anterior, más difícil de digerir, más feo. Su tercera derrota seguida camino del All Star deja a los neoyorquinos en un terrible 25-34, en el duodécimo puesto del Este, a tres partido y medio del último puesto de play in. Un mundo para un equipo que ha sido incapaz de sumar nada en tres partidos contra Trail Blazers, Thunder y unos Nets sin Kevin Durant ni Kyrie Irving (ni todavía Ben Simmons, claro).
La horrible dinámica de los Knicks en los últimos cuartos quedó especialmente en evidencia: ganaban 87-73 al final del tercer parcial y 89-73 a once minutos del final. Siete después, incluido un 0-15, perdían 97-99 (parcial de 6-26). Un triple tremendo del rookie Cam Thomas consumó un vuelco tremendo: 54-26 en el segundo cuarto. Thomas anotó 16 de sus 21 puntos en el último cuarto para un equipo en el que lucieron los nuevos: Seth Curry sumó 20 puntos con un 6/9 en triples y 6 asistencias, y Andre Drummond 11 puntos y 19 rebotes. Y un seminuevo: LaMarcus Aldridge, en el segundo partido tras su lesión, firmó 18 puntos y 10 rebotes.
Los Nets han ganado sus últimos cinco partidos de duelo neoyorquino a los Knicks. Y tras once derrotas seguidas, han sumado dos triunfos que cambian el humor a la espera del regreso de Durant y el debut de Simmons. Les vale, aunque están 31-27 (octavos del Este). Los Knicks echan mucho de menos a RJ Barrett (y a Derrick Rose, si se quiere). Kemba Walker y Evan Fournier no dan buenas noticias y Thibodeau se han enredado consigo mismo, incapaz de conectar las rotaciones y de


