Los fichajes invernales quedan en segundo plano

en la derrota ante el Almería (0-1). El centrocampista y el extremo han quedado relegados a un segundo plano tras la llegada de Natxo González al banquillo de La Rosaleda. El pivote aterrizó con la vitola de jugador importante para la segunda mitad de la temporada, se estrenó con un muy buen segundo tiempo ante el Sporting de Gijón y luego se diluyó. Naufragó en el 0-5 ante el Ibiza y también en Anduva en el primer encuentro de Natxo en el banquillo. Pero perdió el sitio frente al Zaragoza, donde solo jugó los últimos 31 minutos, y repitió suplencia contra el Almería, duelo en el que se quedó a cero a pesar de ir perdiendo durante casi toda la segunda parte.

También ha dado un paso atrás en cuanto a protagonismo Vadillo. El andaluz entró desde el banquillo frente a Sporting, Ibiza y Zaragoza (no jugo ante el Mirandés porque arrastraba problemas físicos) y se quedó inédito este fin de semana. El marcado carácter ofensivo tanto de Febas como del extremo hacen aún más llamativa la decisión de Natxo, que no recurrió a ninguno de los dos refuerzos invernales del Málaga para tratar de remontar el encuentro ante el Almería.

Las incorporaciones de Febas y Vadillo fueron acogidas con gran entusiasmo por el entorno malaguista. A priori, se consideraron dos operaciones que elevaban el nivel de la plantilla y que dotaban al equipo de recursos de los que no disponía tanto en el eje de la medular como en las bandas. Por el momento, Natxo tiene por delante entre sus preferencias tanto a Ramón como a Jozabed en el caso de Febas y Vadillo se encuentra actualmente por detrás de Kevin, Jairo, Antoñín y Brandon vistas las decisiones tomadas por el técnico vitoriano hasta ahora.

Cuestionado por la decisión de no darle ni un minuto a Febas y