Lo nunca visto
Hablar de Yamaha como favorita no debería sonar atípico, teniendo en cuenta que la marca de los diapasones defiende título de campeón en la presente temporada. Sin embargo, el invierno ha dado la ventaja a nivel mecánico a muchas otras fábricas, entre las que destacan especialmente Ducati y Aprilia. Los de Borgo Panigale lideran el Mundial de constructores (con 181 puntos) mientras que la casa de Noale, hace lo propio en el de equipos (151 puntos). Las monturas italianas se han convertido en la referencia de la parrilla y en Iwata simplemente resisten gracias a un Quartararo, que maquilla esa realidad con su liderato en la clasificación de pilotos.
El francés está paliando a base de regularidad toda la desventaja de una M1 que no termina de encontrar una configuración competitiva. La última prueba llego durante el GP de Italia, a través de un carenado que no convenció en absoluto a la referencia del garaje japonés: «Cuando tenemos cosas nuevas esperamos que sea mejor y (el carenado) lo fue en velocidad máxima, pero hay que medir los aspectos positivos y negativos. En este caso, había muchos más negativos». La decisión de Quartararo fue regresar a la especificación anterior aunque fuese «decepcionante», pero perder «algo de velocidad», pese a su desventaja, le compensa: «Lo más importante para mí como piloto es sentir la parte delantera. Si me siento bien realmente puedo ir rápido».
Es precisamente ese Quartararo competitivo, incluso en desventaja mecánica, el que hace que Yamaha mantenga su estatus al menos en la cita de Montmeló. En la última década, la marca japonesa ha conquistado la mitad de victorias en el trazado español y por características, debería continuar manteniendo un buen rendimiento que Ducati pondrá en