La remontada empieza con el alirón
Tomás Roncero
Tras el 0-4 del Clásico, al madridismo se le vino el mundo encima y los fieles entusiastas de la Xavineta ya se hacían cuentas sobre la jornada en la que darían caza al Madrid en Liga y sobre el reparto de entradas para ver a Busquets levantar la Europa League en la final del Pizjuán. El Madrid les regaló un caramelo envenenado. El Barça vivió días de vino y rosas e hizo apología sobre el ADN, del que ya no queda ahora ni la A ni la D. Sobrevive la N de 'Nadaplete'. La tropa de Ancelotti hizo lo contrario al comportamiento umbilical de su gran enemigo deportivo. Hizo acto de contrición y su ejercicio de autocrítica fue severo y honesto. Y acto seguido se puso a ganar partidos como si fuesen salidos de una cadena de producción. Celta (1-2 en Balaídos), Chelsea (1-3 en Londres y 2-3 clasificatorio en el Bernabéu), Getafe (2-0 en Chamartín), Sevilla (2-3 en Nervión), Osasuna (1-3 en Pamplona) y City (4-3 en Mánchester que alimenta las esperanzas de remontada).
La reacción del Madrid es la de un equipo campeón, que el sábado levantará la Liga 35. Pero que nadie le llame suerte a la sabiduría táctica, a la inteligencia emocional durante los partidos, al compromiso innegociable con el escudo y al entusiasmo juvenil mezclado con la templanza de los veteranos. Este equipo sale vivo de las emboscadas porque juega sin miedo ni complejos. No somos los más ricos ni tenemos los mejores fichajes. Simplemente, somos el Madrid.
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