La estrella no guía a Mercedes
La cosa no es como empieza, sino como termina. Y aunque Mercedes comenzó liderando la parrilla en la segunda carrera de la temporada con De Vries al frente, ni siquiera una buena salida le sirvió al neerlandés para firmar un pleno de victorias en la inauguración de este nuevo curso. Tenía controlada la carrera, ritmo de sobra para intentar sorprender al final de la prueba como en la jornada anterior y una estrategia que sin embargo, se ejecutó demasiado tarde. El hecho de no tener una ventaja demasiado holgada frente a los Venturi y Frinjs le condenó a mitad de carrera, cuando el trío perseguidor activó su segundo modo ataque dejándole sin opciones.
Durante el comienzo todo estuvo más igualado, con el impulso incluido, ya que los ocho primeros decidieron activar el modo ataque de forma continuada en el mismo momento. Los primeros adelantamientos se sucedían en la lucha por un podio que entonces disputaban Di Grassi y Frinjs. Ambos se adelantaron a la cabeza activando el segundo modo ataque y mientras que De Vries se conformó con defenderse sin ayudas, Mortara se la jugó emulando a sus perseguidores a sabiendas de que cedería dos puestos, que recuperó más adelante para terminar ganando la carrera.
El suizo pasaba a ser el cuarto en cuestión y recibió ayuda de equipo por partida doble. Primero con un adelantamiento de Di Grassi por el exterior muy agresivo a De Vries, que dejaba tocado y hundido al de Mercedes. El neerlandés no solo perdió el liderato sino que además, cayó hasta la última posición del top-10 con un Gen2 perjudicado que poco más pudo hacer una vez perdió la estrella que le debía marcar el camino hacia una victoria que era cosa de tres.
Lideraba un Di Grassi al que no le quedó más remedio que obedecer las