La catarsis del Madrid: de tocar fondo a la Final Four en 13 días
De líder claro a principios de febrero, con dos derrotas menos que el Barça, a caer a la cuarta plaza al cierre de la fase regular tras acumular ocho traspiés en las últimas diez jornadas. Y a medirse así en el playoff de cuartos con un Maccabi crecido, en racha de seis victorias, y con un rotundo 3-0 certificado en Tel Aviv con la solvencia de antes de la crisis, en la que llegó a acumular en 80 días 17 derrotas en 28 partidos entre Euroliga, Liga y Copa. Lo nunca visto. Pero, tras castigar sin jugar a Heurtel y Thompkins, rozar la victoria en el Palau y tocar fondo tres días después, el 13 de abril en Bilbao, como un equipo cohesionado con un juego físico, vertical a canasta, buena circulación de balón, acierto en el tiro, gran defensa y dominio de la pintura y del rebote.
Y lo ha hecho con un sensacional Llull al timón en los dos últimos partidos (17,5 puntos y 4,5 asistencias), un fantástico Causeur en el primer asalto (20+5) y a buen nivel en los dos siguientes, con Abalde y Rudy por ahí, con un doble paso al frente de Hanga (9,3+2,3 y 4,7 rechaces para 13 de valoración en la serie), por fin sin problemas físicos, capaz de arrastrar al grupo con su entrega atrás y su fuerza para encarar el aro con bote y en transición, un desahogo para los bases. Y con Yabusele muy regular y eficiente como arma ofensiva (15,7), y Poirier aportando mucho en anotación (10,7) y rebote (5,7) para rebajar la dependencia de Tavares. Los blancos han mejorado en este playoff todos sus registros de la fase regular: 61% en tiros de dos, 44% en triples, 21,7 asistencias y 110,3 de valoración media, con siete jugadores con 10 o más créditos frente a los cuatro de antes, cuando Tavares lucía muy por encima del resto (y uno de esos cuatro, Deck,