Javi Serrano, un corazón atlético que se mira en el espejo de Gabi

«Queremos once Javi Serrano sobre el campo». Era el mensaje que corría como la pólvora en las redes sociales tras la eliminación del Atlético en Copa del Rey a manos de la Real Sociedad. El canterano había salido a comerse el césped en los 12 minutos que tuvo en el Reale Arena y pese a que no pudo evitar la derrota, dejó una buena muestra de varias de sus cualidades desde el pivote:

Unos días después, y disfrutaba de sus primeros instantes en Liga y en el Wanda Metropolitano, que aplaudía a rabiar ante uno de los suyos. Nacido en 2003, el centrocampista había tenido su debut con el primer equipo en otra plaza de las que no se olvidan, cuando el Atlético sufría después de muchísimo tiempo con un jugador menos.

Javi Serrano, en el debut con el primer equipo en Champions contra el Liverpool.Laurence Griffiths (Getty Images)

Y es que la sangre de Javi Serrano puede decirse que corre rojiblanca. Herencia paterna, que desde el primer día tiró de él hacia el sentimiento atlético. Tras comenzar jugando al fútbol sala en Tielmes con tan solo 5 años, compitiendo con niños mayores que él desde el primer día, su llegada al club de sus amores no tardó en hacerse efectiva. En 2010, con sólo siete años, Serrano se presentó a unas pruebas de la escuela del Atleti en Cotorruelo, llamó la atención de los técnicos y desde entonces ha pasado prácticamente toda su vida ligada al club. Y si buscaba un modelo y un patrón de juego en el primer equipo, no tardó en quedar deslumbrado.

Serrano vio cómo, según iba evolucionando en la cantera del Atleti, Gabi había regresado al club para ponerse a los mandos de un equipo que creció enormemente con la llegada de Simeone al banquillo en diciembre de 2011. Así lo expresaba ya como una cara visible de la