Illarra vuelve al Bernabéu tras superar un calvario de lesiones

(Mutriku, 1990) cumple 32 años el martes de la semana que viene. Y salvo susto de última hora, lo va a hacer con ganas de enlazar dos partidos seguidos en la Liga. Puede parecer una cifra irrisoria, pero no para el centrocampista mutrikuarra. Hace nada eso era impensable para él. Porque hace justo una semana rompía una sequía de 287 días sin jugar un encuentro liguero. Se dice pronto. Las lesiones han sido todo un calvario los tres últimos años para el capitán de la Real Sociedad, con el que se llegó a hacer un plan de readaptación a la exigencia de la élite controlando sus cargas para que su cuerpo pudiera volver a soportar la intensidad de los esfuerzos que tienen que hacer los futbolistas al más alto nivel.

Pero ese calvario es pasado, e Illarramendi como un jugador nuevo, y si Imanol no dice lo contrario, puede ser hasta el comandante en plaza de la arañada txuri-urdin de sus clásico puesto de ‘4’, desde donde tan bien ve el fútbol de cara, con esos privilegiados visión de juego y toque en corto que tan poco pudieron disfrutar en el Real Madrid, cuando Illarra cambio de casaca a cambio de la friolera entonces de 32 millones de euros, en el verano de 2013.

Y eso que llegó a jugar 90 partidos con el Real Madrid en dos temporadas. No se adaptó, por la razón que fuera. por 16 millones de euros. La operación salió redonda para la Real. Pero Illarra ya no volvió a ser el mismo que se había ido a Madrid. Las lesiones no le han dejado. Aunque su tres primeros años de vuelta en Donosti los saldó una media de 40 partidos por temporada.

Pero una lesión en Mestalla en la temporada 2018-19 fue el principio de su calvario, acompañada de una grave lesión de tobillo en San Mamés al comienzo de la campaña 19-20. Y a partir de ahí,