Hazaña de época del Jumbo con Laporte, Roglic y Van Aert
Una imagen para el recuerdo en meta y un trabajo de equipo que pocas veces da tanto rédito a tantos integrantes. Y más en una carrera como la París-Niza, de las que más nivel tiene del calendario a lo largo de la temporada. La pequeña ascensión de Breiul-Bois-Robert, de tercera categoría y tan solo 1,2 kilómetros, dinamitó la carrera. El francés Laporte, llegado esta temporada al Jumbo tras una larga estancia en el Cofidis, fue el gran artífice y el que cimentó el triplete junto a Roglic y Van Aert. En un grupo reducido, Laporte arrancó la cota tirando en cabeza, y solo Stybar aguantaba la rueda de los Jumbo. El checo, como el resto de los integrantes. se abrió y no pudo seguir el ritmo, al que solo acompañaron Roglic y Van Aert. Los tres se iban sin nadie a rueda hacia la victoria y el francés fue el que se llevó el 'premio' de la victoria. Una especie de respuesta, desde la distancia, del Jumbo de Roglic al UAE de Pogacar, que un día antes deslumbró con su triunfo en la Strade Bianche.
La jornada era buena para velocistas, con cuatro ascensiones de tercera categoría, y el viento como posible inconveniente. Hizo acto de presencia, pero sin afectar en exceso. De hecho, hubo hasta dos fugas durante el día. La primera la formaron Holmes y Aimé De Gendt (Intermarché), sin conseguir una renta excesiva. Tal era el ritmo del pelotón que les atraparon a 72 km de meta. Demasiado pronto. Por eso, hubo tiempo a una segunda intentona de escapada: Fedorov, Frison y Gougeard, y a poco más de diez kilómetros el pelotón les neutralizó. El ritmo ya era alto, y los corredores presentes en cabeza cada vez menos, en parte provocado por la actitud del Jumbo,
Van Aert, Laporte y Roglic, en cabeza tras el movimiento del Jumbo
Gran parte de los