Harvey Elliott, el niño prodigio del Liverpool

INGLATERRA

Fabinho, Thiago...y Harvey Elliott. 18 años, siete partidos en su breve hoja de servicios con el Liverpool, pero Jürgen Klopp le daba las llaves de la sala de máquinas del once inicial red para el asalto de San Siro ante el Inter Milan. Ni rastro del coronel general del equipo, Jordan Henderson, su santo y seña para un partido de máximo calibre. Así cumplía su sueño el chaval de Chertsey, que se convertía en el jugador del Liverpool más joven en debutar en la Champions League, con 18 años y 318 dias, superando por 36 días a Trent Alexander-Arnold (18 años y 354 días), otro que ha acabado por convertirse en icono del club.

Pero la historia de Harvey Elliott, que prácticamente es todavía un tráiler, va para película. Es un adelantado a su tiempo. Su carrera va tan deprisa que solapa su prometedor presente con su brillante futuro. Lo dicen lenguas autorizadas. «Es brillante, y teniendo en cuenta lo que ha pasado también...causó una gran impresión» dijo Michael Owen, alguien que sabe muy bien lo que es llevar colgado el cartel de 'niño prodigio'. En su primer intervención de Champions, Elliott demostró que el oficio no está reñido con la edad, resistiendo el acoso de bulldozers como Arturo Vidal o Brozovic y sacrificando el brillo individual por el bien colectivo.

Acaba de cumplir la mayoría de edad pero ya colecciona récords. El de ser el jugador más joven del Liverpool en disputar competición europea solo es su última marca de precocidad. También es el más joven de la historia en debutar con el Fulham, con quince años, y con el Liverpool, con 16 años y 174 días. Por entonces ya se atisbaba a un wonderkid con ganas de comerse el mundo.

Pero también de la Premier League, con 16 años y 30 días, poco antes de que los