Haaland no tiene comparación

Decía Augustinsson en la previa del partido que no se puede comparar a nadie con Ibrahimovic, porque siempre «pierdes». El sueco, en este caso, se refería a un Haaland que precisamente no necesita compararse con nadie. El noruego es único y con sólo 21 años sigue agrandando su leyenda. Él sólo se encargó de doblegar a Suecia (1-2) en el duelo Escandinavo por el liderato de su grupo, con un doblete. Con estas dos dianas, el delantero del Manchester City suma ya once tantos en los últimos siete partidos con su selección. Numeros brutales para un jugador que apunta muy alto.

Aunque los números zanjan cualquier tipo de duda, Haaland no es sólo una máquina de hacer goles. El ariete se echa el equipo a la espalda cuando le cuesta salir con el balón jugado, apareciendo en banda y dando continuidad a las jugadas. La mayor parte del peligro noruego llegó a partir de sus botas, como el penalti, precisamente en un pase en profundidad del ariete. Se contaban 20 minutos cuando tras recibir Thorsby el balón, Krafth acabó cometiendo penalti con un ligero toque. Penalti tonto, pero penalti que acabó transformando el ariete. Suecia también las tuvo, por medio de Claesson y Forsberg. Los locales fueron de menos a más y en la segunda parte se volcaron sobre la portería de Nyland.

Krafth pudo enmendar su error nada más volver del descanso, en una jugada que se paseó por el área noruega. El lateral la golpeó con todo, pero Melling salvó con la espalda, cuando casi se cantaba el gol del empate. El acoso era total, pero una y otra vez perdonaban los suecos. Error. Haaland, que llevaba toda la segunda parte sin aparecer, lo hizo para poner tierra de por medio (62'). Peinada de Sörloth en un balón aéreo, fallo en el despeje de Nilsson y el del