García Pimienta afila el cuchillo de la defensa

Jugada a jugada fueron cayendo los jugadores del Málaga en la trampa preparada por los amarillos hasta en siete ocasiones. Viejo como su regla, el fuera de juego está siendo una de las herramientas del fútbol que García Pimienta ha traído como novedad para la mejora de los resultados.

Esas siete veces que los malacitanos perdieron la oportunidad de ver puerta debido al fuera juego, no fue flor de una noche de primavera en la macaronesia. Como el primogénito de un heredero a una corona medieval, se trató de algo plenamente buscado y deseado. Además, repetido desde hace unas jornadas. Un arma que se está convirtiendo en un foso de seguridad de la defensa grancanaria, y que en caso de verse superado, lanzar al galope a Curbelo a defender el espacio a la espalda, una de sus grandes virtudes. Por no decir la mayor.

Estos siete respiros en los que cayeron los costasoleños fueron la tercera marca más alta que consigue un equipo en Segunda esta temporada. Solo superada por Ibiza cuando le sacó al Girona ocho ‘orsais’ y por Almería frente al Sporting —con 9 fueras de juego— máximo de la temporada… junto a la U.D. Las Palmas en el partido ante el Amorebieta. Los amarillos doblan aparición en el cuadro de honor.

Que estos fueras de juego son buscados y que ya forma parte del guion de los amarillos se observa con el cambio en el banquillo. Mientras que en la época de Pepe Mel los grancanarios provocaban 1,62 fuera de juegos por encuentro, desde la llegada de García Pimienta ha subido hasta los 4,29 por partido.

Es imposible medir la influencia en los resultados de esta estrategia y vaya por delante el ‘disclaimer’: correlación no implica causalidad, pero se puede afirmar sin llevarse un revolcón que dentro de la era del técnico