Final de un viaje infinito

Las despedidas son malas de glosar. Sobre todo en un medio como este, en el que las emociones están más vinculadas a éxitos o fracasos deportivos que a sentimientos como la amargura de la despedida, el orgullo de la pertenencia o la alegría de estar juntos. Todo eso y mucho más se vivirá este sábado en el Anxo Carro, que será testigo del último baile de Carlos Pita, Fernando Seoane e Iriome González, y artífices desde su sabiduría en el campo y saber estar en la caseta. Habrá lágrimas en el verde y en las gradas pero estará bien, porque no todas las lágrimas son de tristeza .

También será el último partido de Rubén Albés en el Lugo, un técnico que la pasada temporada obró un milagro y esta dio estabilidad., como dijo en rueda de prensa. Gran parte del éxito de este Lugo tranquilo es suyo, sin duda. Lo que dispondrá en el campo será un once con toda la vieja guardia. El eterno doble pivote con Pita y Seo, Iriome en la banda derecha, Canella en el carril zurdo… Habrá mucha nostalgia en esa alineación.

El Málaga. por su parte, afronta este partido tras una de las permanencias más vilipendiadas de todos los tiempos. Solo el desfondamiento final de Amorebieta y Sanse posibilitaron una del respetable que llamó a los jugadores “mercenarios” entre otras lindezas. Tal fue el grado de irritación. A falta de alicientes clasificatorios quedan los económicos. La diferencia entre quedar en el puesto 16 y el 18 puede andar por los 300.000 euros.Un dinero interesante que debería dar un poco de carburante a unos jugadores que no han estado a la altura de las exigencias. Por eso Pablo Guede, técnico malaguista, ha dicho que no hará más que las rotaciones estrictamente necesarias en una plantilla a la que se aplicará bisturí cuando termine e