Fiebre del sábado noche en el Mediterráneo
La afición del Almería ha crecido en los últimos años, no sólo en cantidad, sino sobre todo en calidad. Una hinchada joven y con mucho de sus miembros en torno a la mayoría de edad, el ha cambiado este curso tanto por la evolución deportiva de su equipo como por las obras en el recinto de la Vega de Acá; en este sentido, la nueva cubierta ayuda a que la acústica interior suene más fuerte. Ayer, lejos de los ya habituales horarios intempestivos, el Mediterráneo registró la mejor entrada de la temporada: 13.478 espectadores, superando en tres millares los que fueron a ver a los de Rubi ante el Lugo. No se ocuparon los 15.273, puesto que numerosos abonados no asistieron por diferentes motivos (playa, comuniones...), pero sí se colgó el cartel de 'no hay billetes' por primera vez en toda la temporada.
Los seguidores se congregaron dos horas antes en las inmediaciones del Estadio de los Juegos Mediterráneos para comenzar la fiesta y recibir al autobús de su equipo, viviéndose momentos bastantes emotivos en una hinchada que muestra su crecimiento con hechos. A pesar de algún comentario aislado, al vestuario le pone ese recibimiento, como apuntan muchos de los miembros de la plantilla en las ruedas de prensa, argumentando que es una motivación más antes del encuentro. «A la afición le doy las gracias una vez más. No sé si lo habéis visto, pero el recibimiento ha sido una auténtica pasada. Estaba la rotonda a rebosar», comentó Rubi en la rueda de prensa postpartido. Después de insufribles colas (fueron numerosos los aficionados que se quejaron por la lentitud para entrar al recinto y ocupar sus asientos), los seguidores volvieron a cantar el himno a capela minutos antes del pitido inicial en una aureola prácticamente utópica hace


