F1 Estropicio y pole de Leclerc
Checo estampado en la entrada del túnel, un Sainz que no pudo esquivar al Red Bull y Verstappen desquiciado, en el mismo punto. El mismísimo Alonso tocó las protecciones con el Alpine. Leclerc no solo se libró del estropicio, poco menos que se había bajado del coche para celebrar con sus mecánicos una dulce pole en casa, en el GP de Mónaco, la más importante del calendario y la que el joven local persigue con más ansia desde que es piloto de Fórmula 1. Nunca ha puntuado en este circuito, ni siquiera en la Fórmula 2, y cuenta todas sus apariciones por accidentes. Incluso las exhibiciones, recientemente estrelló un Ferrari que perteneció a Niki Lauda por un fallo en el sistema de frenado.
Pero este año Charles es un hombre nuevo, el hombre tranquilo que aprende de sus errores y no tropieza dos veces con la misma piedra (aunque aún no haya alcanzado la perfección). El Ferrari ‘16’ estuvo intratable en el sábado estelar de Montecarlo, aunque se encontró con dos rivales correosos: Sainz y Pérez. El madrileño está más cómodo en este circuito, donde el sobreviraje del F1-75 es anecdótico porque no hay curvas que se presten a ello, y aguantó el pulso a su compañero durante las dos primeras clasificatorias. Y el mexicano, impresionante, fue por momentos el único capaz de plantar cara a Charles fuera del garaje de Ferrari, evidenciando una de las peores tardes que se recuerdan de Verstappen a una vuelta.
Tuvo que llegar la Q3 para que Leclerc encontrara las décimas que solo estaban a su alcance, casi tres, y eso entraba dentro de la lógica, pero pocos esperaban el desenlace: Pérez chocó en su último intento porque perdió el tren trasero cuando se dirigía hacia el tunel. Cuatro segundos después llegó Carlos, que se encontró de bruces


