En Israel vuelve el futuro
Hace dos años y medio, la Sub-17 que dirigía David Gordo viajaba a Brasil para jugar el Mundial de la categoría. Ansu Fati prefirió no ir con la Selección para afianzarse en el Barça y Pedri, entonces despuntando en Las Palmas, fue el líder de España en aquel torneo. La Rojita cayó en cuartos ante Francia, pero aquel campeonato, además de al canario, nos descubrió a unos jovencísimos Yeremi Pino e Ilaix Moriba, entre otros, hoy jugadores consagrados. Los títulos importan menos cuando se están fabricando campeones para el futuro.
Tras la eliminación, la generación 2002 ponía fin a su ciclo como Sub-17 y le llegaba el turno a los nacidos en 2003. Nadie imaginaba que aquel torneo de Brasil era el último campeonato Sub-17 que se celebraría hasta pasados dos años y medio. Dos generaciones perdidas que la pandemia evitó que fueran descubiertas antes de tiempo. Jugadores como Pablo Torre (Racing), Fabio Blanco (Barcelona), Nico Serrano (Athletic) o Javi Serrano (Atlético) no pudieron disfrutar del escaparate que suponen los torneos de estas dimensiones, en los que reinan la ilusión, las ganas de demostrar y el talento a partes iguales.
Pero la pandemia menguó y el fútbol de selección de categorías inferiores por fin puede disfrutar de la celebración de una fase final, concretamente la del Europeo Sub-17, que arranca hoy en Israel, tierra de cruzadas, donde 16 selecciones aspiran a proclamarse como la mejor del continente. Una batalla en la que la España de Julen Guerrero aspira a recuperar el trono que logró en 2017 con aquella generación dorada en la que destacaban nombres como Ferran Torres, Abel Ruiz y Eric Garcia, entre otros.
El camino no será fácil, desde luego. La Rojita comenzará mañana su andadura en el torneo ante


