Embiid quiere el MVP
Un partido. Es lo que queda de regular season para los Sixers. El equipo de Doc Rivers se ha impuesto a los Pacers y llega a las 50 victorias por primera vez desde 2019. Año en el que, recordemos, Kawhi Leonard eliminó al equipo de Philadelphia con ese tiro ganador que es ya parte de la historia de la mejor Liga del mundo. Los Sixers no han vuelto a estar tan cerca del anillo con el proyecto del pívot, y no parece que lo vayan a estar a corto plazo. El experimento con James Harden ha sido efímero y no da la sensación de continuidad tras un inicio brillante pero un bajón posterior. Y el examen será desde la primera ronda en una Conferencia Este que está al rojo vivo.
La victoria ante los Pacers ha sido una más para los Sixers dentro de una temporada de muchos picos que ha tenido a Joel Embiid como común denominador. El pívot ha hecho su enésima exhibición en su lucha eterna por un MVP que tiene más candidatos que nunca: la lucha parece que es con Nikola Jokic, pero la ristra de opositores es muy larga (Giannis, Doncic, Tatum...). En Philadelphia, 41 puntos (16 en el tercer cuarto) y 20 rebotes para acabar con unos Pacers ya sin aspiraciones y pensando en el futuro. Embiid redondeó la exhibición con 4 asistencias, 2 robos y 1 tapón (pero 5 pérdidas) y con una exhibición en el lanzamiento: 14 de 17 en tiros de campo, 2 de 2 en triples y 11 de 15 en tiros libres.
Harden fue el acompañante en la victoria de los Sixers, la cuarta en los últimos cinco partido. El escolta, ya casi definitivamente reconvertido en base, se fue a 22 puntos y 14 asistencias, pero sigue siendo la pata más débil de la mesa en la que se sostiene el equipo de un Doc Rivers más cuestionado que nunca. Las defensas sin solución práctica han sido una


