Embiid dirige un aplastamiento
Después de tres derrotas, de las malas sensaciones, de que Doc Rivers le dejara un recado público a James Harden y salieron rumores de que el entrenador empezaba a perder el vestuario. Después de unos días feos, de que haya crecido la sensación de que a los Sixers no les va a llegar contra los ogros del Este (los otros ogros del Este) a pesar del all in por Harden. Y después de las noticias de que. Después de todo eso, llevaba el efervescente ataque de los Hornets en sesión matinal en Philadelphia. ¿Desastre o redención? Redención.
Los Sixers arrollaron (144-114) a unos Hornets sacados de la pista en la segunda parte: 86 puntos de los locales, su tope en un segundo tiempo en 51 años. El tercer cuarto fue un recital ofensivo (acabo 103-80) pletórico: 45-27 con un 17/22 en tiros y un 7/10 en triples de un equipo iluminado, que en semejante nivel de acierto aleja los debates sobre la producción del banquillo, las rotaciones de Rivers o el temperamento como líder de Harden. Topes de la temporada en puntos (144) y asistencias (38), y 21 triples para igualar el récord total de la franquicia, además con un 49% (21/43) y un 61% total en tiros.
Coser y cantar en cuanto los Sixers dejaron de perder balones y de regalar así puntos a unos Hornets que vivieron en el primer tiempo de sus puntos en transición rápida y de las concesiones de unos Sixers que alternaba cal y arena hasta que, tras el descanso, todo fue cal. Y es un 47-30 que aleja así definitivamente el play in. Los Sixers son cuartos a medio partido del tercero y uno del segundo del Este. Los Hornets (40-38) son ahora décimos, y patinan horas antes del duelo entre octavo y noveno (Hawks-Nets).
Joel Embiid dominó hasta que pudo descansar en el tramo final: 29 puntos, 14


