Cuesta creerlo viendo en lo que se ha convertido Corentin Tolisso (Tarare, Francia, 3-8-1994), pero el poderoso mediocentro del Bayern y la selección francesa empezó en un pueblo cercano a Lyon destrozando a los Infantiles del Olympique con un hat-trick, porque comenzó su carrera como delantero. Aquella actuación hizo que el Lyon le fichara inmediatamente y en la Academia de la prestigiosa entidad lionesa fue donde empezó a moldearse como centrocampista.
El Lyon rápidamente hizo negocio con él, al más puro estilo Aulas, y que cumplió un cierre de círculo poco habitual. Nada más fichar por el gigante bávaro, el propio Tolisso desenterró una foto suya de la infancia en la que posaba… con una camiseta del Bayern. Una afición curiosa para un futbolista francés de origen togolés, aunque en 2017 el propio Tolisso rechazó el ofrecimiento del seleccionador de Togo porque quería jugar con Francia, con la que ganaría un año después el Mundial de Rusia. Aquella cercanía infantil al Bayern tenía dos nombres propios también franceses: Bixente Lizarazu y Willy Sagnol.
Sin ser un centrocampista muy goleador, sí que está en la memoria reciente el gol que le hizo en octubre pasado, un misil tierra-aire desde treinta metros tan afinado que entró por la red lateral de Oblak.
Una de las grandes incógnitas que se ciernen siempre sobre la carrera de Tolisso es su durabilidad durante un año completo., pese a su potencia y quizá por eso, ha venido siendo un futbolista propenso a sufrir problemas físicos. La temporada pasada, sin ir más lejos, se perdió 23 partidos por tres lesiones musculares y una rotura parcial de un tendón. Esa falta de continuidad ha repercutido en la confianza de sus entrenadores en Múnich. Una única vez ha logrado participar
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