El unicornio Holmgren avanza
Gonzaga ganó a Georgia State, claro. ¿Claro? Sí, claro… pero ojo. El 93-72 final parece lógico, nada que ver aquí. Un seed 1 (en el Oeste) superando por más de 20 puntos a un 16. No un seed 1: el gran favorito en todos los rankings del país, el equipo que llega al Madness 2022 para cerrar la herida de 2021, cuando en la final se quedó sin título y sin temporada perfecta (31-1) tras estamparse contra la voluntad inamovible de Baylor.
Pero, insisto, ojo: el partido estaba 35-33 al descanso, 45-46 empezada la segunda parte y 62-58 a diez minutos del final. Ahí los de Mark Few, que había advertido que los Panthers no eran un seed 16 más y que su nivel era mejor que su ranking, encontraron el turbo de su finísimo ataque, su seña de identidad: parcial de 21-0 que llegó a 24-1 y 58 puntos en la segunda parte. Pero hubo susto, minutos de muchos nervios en unos Bulldogs que se acogieron a sus referentes. El veterano, un Drew Timme que acabó con 32 puntos y 13 rebotes y anotó 22 en la segunda parte (tiene 21 años, está en su tercer año de College y quiere vengar la afrenta del año pasado); Y el joven, el nuevo, el unicornio: Chet Holmgren, un talento ilógico que mide 2,11 pero solo pesa 88 kilos. Que es un inacabable larguirucho con talento, manejo y rango de tiro de base. Pero también con unos brazos kilométricos para cambiar tiros en su zona. Holmgren acabó con 19 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias y 7 tapones. Es el primer partido en el torneo (desde que se cuentan los tapones, a partir de 1986) de 15+15+5+5. Y el segundo del pívot en toda una temporada en la que nadie ha firmado ninguno más.
Para muchos, Holmgren tiene que ser el número 1 del próximo draft. Los que temen que sea demasiado liviano, demasiado flaco, lo colocan como