El 31 de mayo de 1967, un corredor belga que todavía estaba en sus inicios dentro del profesionalismo empezó a forjar su leyenda en grandes vueltas, deshaciéndose de paso de las etiquetas de esprínter y clasicómano, con una Primer final de etapa del Giro de Italia en este coloso y primer triunfo del Caníbal, Eddy Merckx (de sus 24 en la Corsa Rosa) en esta carrera. Y este domingo, en la 105ª edición de la ronda italiana, para inscribir su nombre en tan prestigiosa cima al imponerse en un reducido esprint de elegidos donde Mikel Landa demostró (pese a sufrir una caída) que está al nivel necesario para plantarle cara a Richard Carapaz, Romain Bardet y Joao Almeida. El liderato, pese a estar en el alambre, seguirá perteneciendo a un que ante la debacle del teórico líder del Trek, Giulio Ciccone, se ha ganado a pulso seguir soñando.
El menú del día, con era lo bastante suculento como para regalar una etapa épica de ciclismo, sin embargo, la tónica de esta Corsa Rosa se mantuvo: no vimos ataques de los 'gallos' hasta el Blockhaus… Eso sí, la tensión no tardó en llegar en forma de caída, con Pello Bilbao entre los implicados. Afortunadamente, sin graves consecuencias para el vasco, que reemprendió la marcha enseguida a pesar de los rasguños. Así las cosas, fueron actores secundarios quienes conformaron la fuga: Joe Dombrowski, Jonathan Caicedo, Nans Peters, James Knox, Natnael Tesfatsion, Diego Rosa, Filippo Zana, Eduardo Sepúlveda y Felix Gall. Este último, corredor del AG2R, llegó a coquetear con el liderato cuando la renta respecto al pelotón superó los cinco minutos, lo que desencadenó la obligada reacción por parte del equipo Trek para salvar los muebles.
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