El Liverpool y la 'activación tras pérdida'
Alfredo Relaño
Se llama ‘activación tras pérdida’ en este neolenguaje futbolístico que nos viene de la escuela de entrenadores. Ya saben: lo del ‘bloque bajo’ y demás. ‘Activación tras pérdida’ (ante decíamos ahogar la salida del rival) consiste en rebatirse con ciencia y energía para recuperar el balón cuanto antes cuando la jugada de ataque no llega a su término. Ya lo hacía muy bien el Barça de Guardiola, aunque aquel mérito quedaba oscurecido por la excelencia de su juego con el balón con esos rondos Busquets-Xavi-Messi-Iniesta. Ahora el maestro es el Liverpool de Klopp, que asfixió al Villarreal de campana a campana, constriñéndole a su propio campo.
El Villarreal intentaba salir con dignidad por los lados y con balón jugado, pero era imposible. Por ciencia y fuerza, el Liverpool recuperaba y recuperaba. Luego, eso sí, le costaba llegar. El Villarreal defiende bien, no sólo por acumulación, que también, sino por organización. Al descanso llegó sin daño: un tiro de lejos de Thiago a la escuadra (falto de llegada el Liverpool intentó los disparos desde fuera) y un par de pases estupendos de Salah a Mané al modo del de Mahrez a De Bruyne en el gol de éste al Madrid, esa especie de corte de UCLA que empieza a verse cada vez más en los campos de fútbol. Jugada sencilla, bonita y muy peligrosa.
Pero tras el descanso llegó la tormenta. Primero, gol anulado por fuera de juego; pronto, gol de Henderson en un centro que, lástima, se envenenó por rozar en Estupiñán; enseguida, Salah le filtra a Mané un balón entre las piernas de Pau y el delantero la coloca de punterita ante Rulli; y aún otro gol anulado también por fuera de juego. Parecía la debacle, pero el Villarreal aguantó, incluso terminó lanzando una falta contra el área