'El hombre del norte', crítica. Un ensayo sobre la violencia y la venganza - MeriStation
Cine
pasa por ser uno de los nuevos talentos del cine estadounidenses, sus dos obras anteriores ('La Bruja' y 'El Faro') dejaron un buen sabor de boca tanto a espectadores como a críticos; un estilo personal en lo narrativo y un inteligente uso de la fotografía convirtieron a ambos títulos indies en un éxito.
Ahora ya como director mediático aborda su primera gran producción (90 millones) con una historia inspirada en el folclore islandés, pero que resulta conocida al público ya que Shakespeare se inspiró en ella para construir una de sus obras magistrales, Hamlet.
Eggers, al igual que hizo recientemente en su también viaje a le Edad Media (El último duelo), hace un relato seco de un mundo hostil donde la muerte, el honor, la traición y lo sobrenatural se mezclan a partes iguales. Su aproximación a la civilización nórdica carece de la capa de barniz épico que la serie Vikingos ha proporcionado a esta cultura. El cineasta presenta un ensayo del poder descarnado, donde los protagonistas prescinden de cualquier sentimiento que los debilite y en el que la autoridad se sustenta en la fuerza y el temor.
El protagonista, Amleth (Alexander Skarsgard), es el príncipe heredero de un trono cuyo rey, su padre, es asesinado por su propio hermano. Comienza así una historia de venganza cuya primera parte está dominada por una violencia extrema. Exiliado y convertido en un berserker, el joven vikingo aplaca su odio saqueando y matando. El ataque a un poblado en el rus muestra que Eggers también se desenvuelve bien en el cine de acción y presenta a un Skarsgard que transmite una sensación de pavor y violencia que traspasa la pantalla. Ni siquiera ha conseguido alcanzar esa cota de ferocidad, locura y crueldad que le da Skarsgard a su