El fútbol, la gran evasión de los refugiados del Dush 21 ucraniano
Eurovisión no ha sido la única vía de escape en los últimos días para el maltrecho pueblo de Ucrania. Ese mismo sábado, horas antes del triunfo en el festival de la canción, un grupo de 28 chicos de Kiev se abstraían por unas horas de la invasión rusa, de la separación forzosa con sus familias y de su exilio forzoso sin fecha de retorno, gracias a su gran pasión por el fútbol.
Al Espanyol-Valencia en el RCDE Stadium acudieron estos chavales, refugiados ucranianos, que hace un mes largo llegaron a una casa de Hostalets de Pierola, primero, y desde hace unas semanas conviven en un centro situado en el Baix Llobregat, al amparo de la Fundación Diagrama Intervención Psicosocial. Tienen en común que tienen entre 14 y 16 años, y todos son jugadores cadetes en el FC Dush 21 de la capital de Ucrania. “El fútbol les motiva como ninguna otra cosa, es probablemente su mejor manera de evadirse de la lamentable situación que les envuelve”, afirma a AS la educadora social Andrea Mansa, quien presenció con ellos el partido.
Fue un contacto de esta organización con la Penya Blanc i Blava Sant Joan Despí quien les procuró las entradas. “Nos recibieron en Cornellà como si fuéramos famosos. La atención fue de diez. Durante el partido les iba mirando y tenían unas caras de emoción enorme. Estuvieron súper contentos. Y al final bajaron por iniciativa propia a la primera fila, detrás del banquillo, a pedir camisetas a los jugadores. Estaban como locos”, narra Mansa.
Al margen del Espanyol, de la escuela en la que estudian y de las actividades que les organizan los miembros de Diagrama, los chicos del Dush 21 han podido seguir la práctica del fútbol que adoran gracias a que un compañero de la fundación es entrenador en un club de Sant Boi, donde