Fue la noche perfecta para el Real Madrid y para Karim Benzema, una victoria para el recuerdo que apenas significa el pase a cuartos de final de la Champions League, pero con trazas de remontada que va directa a los libros de historia del club blanco. Tras el 1-0 de la ida en París, el Real Madrid se sobrepuso al tanto de Mbappé en el Bernabéu para darle la vuelta a la eliminatoria con tres goles de Benzema, al que se le caen esta temporada como en ninguna otra. Es su año y va directo a por el siguiente Balón de Oro, ese galardón para el que ya sonó con fuerza en 2021.
En el pasado, a Benzema se le reconocían los intangibles (la clase, el juego, las asistencias, su conexión eterna con Cristiano...), pero se le afeaban las estadísticas. Tras la marcha del portugués del club blanco, el francés dio un paso adelante y esta temporada ha eclosionado en el delantero devorador que todos le exigían: lleva 30 goles (y 12 asistencias) en 33 partidos este curso, con un promedio de 0,91 goles por partido.
A este ritmo, destrozará su mejor marca de siempre en una temporada, que está fijada en el curso 2011-12, en el que logró 32 goles, muy meritorios en un Real Madrid en el que el finalizador de casi todas las acciones ofensivas no era él, sino Cristiano Ronaldo, y en el que además compartió muchos minutos con Higuaín. Si mantiene el ritmo en los 13 partidos más que tiene asegurados el equipo blanco (11 jornadas de Liga y dos duelos de cuartos de final de Champions), acabaría la campaña con 41,8 dianas. Su proyección en Liga, en la que suma 20 goles, se elevaría hasta los 29,2.
En la batalla por el Balón de Oro, en la que su compañero Courtois le ve como claro candidato («Creo que es uno de los jugadores más grandes del mundo. Hoy
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