El Chelsea se encomienda a Ziyech
El derbi de Londres se dilucidó en los minutos finales. Una costumbre ya para el Chelsea, que estrenaba su escudo de campeón del Mundial de Clubes, pero que no pudo contar con su gran capitán, César Azpilicueta. El defensor español llevaba 268 encuentros de Premier League sin perderse una convocatoria -más de siete años-, y ante esa excepcionalidad, Tuchel decidió cambiar el esquema, colocando a Christensen en la banda derecha. Una opción que terminó funcionando.
Y eso que el Crystal Palace tuvo un inicio frenético, aprovechando el desequilibrio de sus hombres más virtuosos, Olise y Zaha, que estuvieron muy cerca de abrir el marcador. Pero rápidamente Rüdiger templó el ambiente y dio el primer susto a los locales con un disparo de larga distancia perfectamente ejecutado, que se encontró con una parada soberbia de Fran Guaita. El guardameta español del Palace salvaría una nueva acometida diez minutos más tarde, con el Chelsea más asentado sobre el tapete.
En la primera parte, Guaita estuvo muy exigido por los hombres de Tuchel, con Pulisic como enganche, que metió miedo entre líneas pero no llegó a hacer verdadero daño. Eso penalizaría al equipo blue, que al filo del descanso estuvo a punto de recibir un gol: Zaha quebró a la defensa blue y lanzó un disparo que pasó lamiendo el palo de izquierdo de Mendy. El Chelsea salió atenazado en la segunda mitad, castigado físicamente por tantos compromisos -el último fue el Mundialito-.
Pero ni la sustitución de Guaita, el héroe de la primera parte por sus intervenciones, avivó a la delantera de Stamford Bridge. La falta de un referente penalizó al Chelsea, que le costaba atemorizar al conjunto de Patrick Vieira (el único entrenador negro de toda la Premier, como recordaba Walter


