Llegaba el Castilla al Mini Estadi con un arsenal de esperanza en busca del playoff y salió torpedeado por un minisubmarino que solamente llevó diminutivo durante los primeros minutos. El tanto de Dotor pronto quedó en nada ante un Villarreal B que su aúpa a la primera plaza a la espera del Andorra-Albacete de las 17:00 horas. El choque tenía todos los ingredientes para resultar explosivo y terminó explotando en la cara del equipo de Raúl que tendrá que remar fuerte si quiere jugar una fase de ascenso que tiene a cinco puntos con tres partidos por jugar. No valían las medias tintas y no las hubo.
Había picante. Los dos equipos más goleadores del grupo frente a frente, la sed de venganza tras la victoria blanca en la primera vuelta (llegaba la cantera grogueta invicta, con ocho victorias y un empate, al Di Stéfano) y dos triunfos motivacionales en la jornada anterior. El del Villarreal llegó por remontada (2-1 al Baleares). El del Madrid, por derribo (5-0 al Cornellá). Ambos quisieron replicar escenarios en el arranque, puesto que a los 11 minutos ya gobernaba el filial madridista el choque con un tanto de Dotor. Arribas, verso libre, apareció en la derecha para habilitar a Latasa, que la mandó al larguero. Y allí estaba el llegador de Raúl, un Carlos Dotor que hacía su octavo tanto del curso y sexto en las últimas seis jornadas.
El Castilla dominaba en los primeros instantes y parecía oler sangre, en busca de seguir lanzando misiles al submarino. Pero los de Miguel Álvarez no tardaron en responder con su primer torpedo. Un disparo de Carlo rechazado por la defensa se quedó en terreno que Fuidias y Forés trataron de hacer suyo. El meta no pudo atrapar el balón y Pacheco, atento en la frontal, aceptó con temple el regalo que
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