De no tener contrato profesional a taponar al Madrid
El gran protagonista anoche en el Parque de los Príncipes fue uno: Kylian Mbappé. Pero el resto del equipo no se quedó atrás. El centro del campo fue un auténtico espectáculo, con Paredes, Verrati y Danilo haciendo lo que les venía a su antojo.
El portugués, que para nada es una de las estrellas de un equipo galáctico como este PSG de Messi, Neymar y cía, sigue dando buenas lecciones de fútbol cuando salta al césped. Tener hueco en este equipo de megaestrellas es un gran logro. Y lo de Danilo más, si echamos un vistazo a su pasado. El Benfica, donde había crecido, se negó a darle un contrato profesional y tuvo que marcharse a buscarse la vida.
«En ese momento, me fui porque el Benfica no me ofreció un contrato profesional cuando tenía 18 años. Tuve un buen Campeonato de Europa Sub-19 y había clubes interesados en mí. Por eso me fui a Italia, al Parma. Era una buena oportunidad. Luego me fui a Holanda, a jugar en el Roda. Pero me dije que si me quedaba allí nadie me conocería. Así que terminé regresando a Portugal en 2013, al Marítimo. Trabajé mucho para poder llegar a un gran club», reconoce hoy, cuando ha tocado la cima en París.
«No me gusta marcar goles, así de simple. A algunos jugadores les gusta marcar, regatear, yo prefiero defender. Y me gusta ganar. Entonces, cuando tengo una buena acción defensiva, es como golear. Se necesita este tipo de jugador, para ayudar a los que les gusta marcar y hacer pases decisivos», admite en la entrevista concedida en Francia a Ouest-France.
Anoche, ante el club blanco, no tuvo demasiado trabajo defensivo con el Madrid echado atrás. En las que hubo, estuvo perfecto, en su sitio. Siempre atento a los posibles desbordes de Vinicius, ayudando por esa banda a Achraf. A sus 30 años, está