Cómo y por qué debe una pyme reducir su huella de carbono | Extras | Cinco Días
La lucha contra el cambio climático ha dejado de ser una opción para el mundo. En los últimos años se han puesto en marcha numerosas iniciativas, la mayoría impulsadas por Naciones Unidas, y normativas con el objetivo de frenar el deterioro medioambiental. Aún queda mucho por hacer, pero la sociedad está más concienciada, y cada vez son mayores los compromisos adquiridos, como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2035.
Los Gobiernos también han redirigido las políticas hacia una economía más verde. De hecho, la recuperación en Europa tras la pandemia por el Covid-19 se apoya en la sostenibilidad.
El tejido empresarial tiene un papel fundamental en este proceso. “Inversores, empleados, clientes y otros, exigen a las compañías trabajar de una forma cada vez más sostenible y tener una estrategia adecuada”. “Además, muchas lo están viendo como una gran oportunidad de mercado y han empezado la transición; el compromiso de ser neutro en carbono tiene un gran efecto tractor de cara a proveedores y clientes”, explican desde AXA.
La construcción de un mundo más sostenible se está convirtiendo en una obligatoriedad para todos. “Los incentivos económicos van creciendo, y se está viendo cómo la medición de la huella de carbono es un requisito en muchas licitaciones y contratos”. “Asimismo, el acceso a nuevas formas de financiación (como préstamos verdes) y recompensas económicas por desarrollar proyectos de medición y reducción de la huella de carbono son también más habituales”, señalan desde Axa.
Además de los beneficios que tiene para el planeta la apuesta por la sostenibilidad, “es indudable que la reducción de las emisiones conduce a muchas empresas a mitigar sus costes operacionales gracias a