Causeur da aire al Madrid

FINALIZADO

Era un duelo papeleta, de las difíciles, para los dos equipos y, aunque solo ganara uno, el Madrid (91-92), los dos salieron del Carpena viendo el vaso medio lleno. Los blancos respiran por la victoria después de tres derrotas consecutivas (tres en una semana añadiendo la Euroliga y tres seguidas en la ACB). Respiran porque llegarán a la cita copera sin esa sensación de incapacidad que dejan los traspiés encadenados y porque, después de 10 partidos en 22 días (balance de 5-5), tendrá cuatro hasta su próximo compromiso, el jueves en Granada ante el eufórico Breogán del imponente Musa. Y 96 horas, según se había puesto el calendario, a algunos les parecerán dos semanas en la playa. Lo que quizá afecte para mal al ánimo del equipo es la posible lesión de gravedad en la rodilla izquierda de Carlos Alocén. Un mal gesto en una entrada le mandó al vestuario sin apoyar la pierna y con evidentes gestos de rabia y dolor. Y todo después de un tramo en el que había dejado grandes sensaciones.

El Unicaja, por su parte, también sale del choque mirando más al líquido que a la parte vacía del vaso. El debut del nuevo entrenador, Ibon Navarro, le ha dado energía y ganas de mejorar, de combatir más y mejor. Darío Brizuela lo transmitía mejor que nadie, aunque también Rubén Guerrero en algunas acciones y Barreiro en la segunda parte. Bien como colectivo para poner en aprietos al rival (57-50 cuando surgió Bouteille a la vuelta de vestuarios). Los de Laso, que se llevaron una técnica y dos antideportivas en dos acciones tras revisarse el vídeo, cambiaron a tiempo el paso atrás para sujetar el brío malagueño. Abalde, claramente, había hecho propósito de enmienda y jugó 28:08 apretando los dientes. Todo en un Martín Carpena que lucía