Bouwman se estrena en el Giro y Juanpe alarga el sueño del rosa

Tocaba pasar página de la y el objetivo se cumplió en buena parte. Por segunda ocasión en lo que va de Corsa Rosa, tras el final en el Etna, tuvo éxito la escapada sobre un recorrido de media montaña que permitía múltiples escenarios. Los favoritos se mantuvieron juntitos, Juanpe López mantuvo la maglia rosa un día más y la segunda de su palmarés tras el parcial que consiguió en el Criterium del Dauphiné allá por 2017 y su primer éxito en una gran vuelta.

Los tambores de guerra sonaron desde el banderazo de salida. El ritmo, de unos 45 km/h de promedio en la primera hora, altísimo. Los ataques, con corredores importantes como Van der Poel, Formolo, Covi, Magnus Cort o De Gendt, incontables. También momentos de tensión, con dos de los nuestros implicados. Primero sufrió un pinchazo Juanpe López que le obligó a pegarse un pequeño calentón para no perder la estela del pelotón. Después, ya en el peligroso descenso del primer puerto, Sergio Samitier se fue al suelo en una curva y se vio obligado a abandonar (heridas y golpes que no revisten gravedad). El ritmo era tal que nadie logró abrir una brecha significativa sobre el grupo de favoritos, incluida una que no llegó a buen puerto.

Parecía imposible, pero a unos 120 km de meta se acabó consolidando una fuga con ciclistas de mucho nivel que, sin embargo, no representaban peligro alguno para la maglia rosa del líder español: Poels, Villella, Camargo, Dumoulin, Formolo, Bouwman y Mollema. Estos dos últimos tenían opciones de arrebatarle la preciada prenda el español, tanto que el neerlandés del Jumbo-Visma (a 5:30 de Juanpe) llegó a ser líder vitrual, lo que obligó al conjunto Trek a trabajar durante muchos kilómetros para reducir las diferencias.

Parecía que el punto de inflexión