Australia | Nadal derrota al dolor
Juan Gutiérrez
Hace cuatro meses andaba con ayuda de unas muletas y este domingo va a juga. Es el eterno retorno de Rafa Nadal, un deportista que ha aprendido a convivir con el dolor. Durante su longeva carrera profesional, desde 2003, Nadal ha acumulado tres años y medio de inactividad con la suma de una y otra lesión. Y siempre ha vuelto. Algunas veces, más fuerte. Ahora compite con un hueso roto, el escafoides tarsiano, una enfermedad crónica y degenerativa en su pie izquierdo,. El balear ha confesado que hace poco discutía con su equipo la posibilidad de la retirada. Finalmente tiró hacia delante., le dijo a su entrenador y amigo Carlos Moyá. Hoy se ha metido en su sexta final en Australia, que es la 29ª en un grande, y aspira a su 21ª corona en un Grand Slam, un récord galáctico. Por eso rompió en lágrimas tras; por eso sostiene, sin titubeos, que para él que algunos de sus títulos. Derrotar al dolor y desafiar a la lógica, resistirse al cruel martilleo del tiempo, es un triunfo en sí mismo.
Hay quien opina, con todo sentido, que Nadal quizá no hubiera llegado tan lejos en Melbourne si se hubiera topado con, como le correspondía por el sorteo del cuadro. Nunca lo sabremos. Poner un asterisco al campeón de esta edición por la ausencia de Djokovic sería, en cualquier caso, una injusta objeción. Nadal también ha causado baja en muchos torneos, sin ir más lejos en los dos últimos grandes: Wimbledon y US Open. Sólo hay que rescatar el dato anterior de, esos tres años y medio en el dique seco, para deducir que la carrera de Rafa hubiera sido muy diferente con una buena salud. Pero su andadura ha sido la que ha sido, igual que la de Nole. La historia se escribe día a día, decisión a decisión, raquetazo a raquetazo. Y ninguno


