Arabia Saudí y Tailandia entierran 32 años de enemistad por culpa de un diamante

El robo de un diamante azul fue el detonante de las deterioradas relaciones bilaterales que han mantenido durante 30 largos años Arabia Saudí y Tailandia, que han vuelto a estrechar lazos después de tantos años de enemistad.

Además de este diamante, se produjo el robo de otras piedras preciosas en el palacio del príncipe saudí Faisal bin Fahd en el año 1989 por parte de un trabajador tailandés que trabajaba como sirviente, Kriangkrai Techamong. El diamante, con un peso de 91 kilogramos estaba valorado en unos 20 millones de dólares, es decir, unos 18 millones de euros. Una vez que se hizo con estas joyas, Techamong voló a su país natal, y fue detenido por la Policía al año siguiente.

Tras su detención, fue condenado a cinco años de prisión aunque fue liberado a los 31 meses. Cuando los agentes intentaron recuperar los objetos robados, vendió la mayoría de ellas, incluido el azul de 50 quilates. El equipo policial liderado por el teniente general Chalor Kerdthes prometió a la Familia Real de Arabia Saudí devolver todos los diamantes robados, ya que ésta era una petición expresa del príncipe saudí.

Sin embargo, el motivo real que provocó la ruptura de las relaciones entre ambos países durante tanto tiempo se debió a que según la versión de los saudíes, en el proceso de devolución de las joyas, faltaba el diamante azul y que aproximadamente la mitad de las piedras preciosas devueltas por las autoridades tailandesas eran falsas, pese a que desde Tailandia aseguraron que devolvieron todo tal y como solicitaron desde el país saudí.

Un hecho que se sumó al asesinato de tres diplomáticos saudíes que viajaron a la capital tailandesa (Bangkok) para investigar sobre el robo de estas joyas. Son estos dos sucesos los que desencadenaron