El campeón de la NBA está en problemas. Después de una temporada en la que ha parecido medir fuerzas y jugar sabiendo que su momento llegaría, afrontaba una primera ronda a priori muy favorable contra Chicago Bulls. De hecho, los de Wisconsin tuvieron en su mano ser segundos del Este y jugar contra los Nets pero dieron descanso a sus estrellas en el último partido de fase regular y acabaron terceros, sin ventaja de campo en una hipotética semifinal contra los Celtics pero con un cruce a priori más sencillo para abrir los playoffs.
Pero la cosa se ha torcido: los Bucks ganaron sin brillar al máximo el primer punto de la serie, en un partido en el que fueron claramente de más a menos, y perdieron el segundo, en su pista y en una noche en lo que lo peor fue la lesión de rodilla de Khris Middleton. El escolta estará en torno a un mes de baja, por lo que no jugará seguro en una eliminatoria que se desplaza ahora a Chicago con la ventaja de campo para unos Bulls revitalizados. Después de una primera parte de temporada maravillosa, los Bulls se cayeron de forma dramática, sobre todo en defensa y sin sus tres grandes especialistas en este apartado: por fuera, Lonzo Ball y Alex Caruso, en el tres-cuatro, Patrick Williams. Ahora Caruso y Williams han vuelto (Lonzo no jugará en playoffs) y las cosas pintan de otra manera para los de Illinois.
Williams tiene todavía 20 años. Número 4 del draft de 2020, los Bulls cuentan con él como parte de su núcleo duro pero las lesiones le han dado muchos problemas, incluida una de muñeca esta temporada que dejó su regular season en 17 partidos. Ahora, sin embargo, está haciendo mucho trabajo sucio en la serie contra los Bucks, encargado en muchos minutos de la defensa del mismísimo Giannis
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