Su llegada fue un trueno. Apareció en el Barça con 21 años en 1980 procedente del Colonia y con el cartel de que ba a ser el mejor centrocampista de Europa. Su primera actuación fue deslumbrante. A pesar de su corta edad y de llegar con la temporada comenzada, se convirtió en el líder del equipo. Sus cambios de juego, goles de falta y potencia física deslumbraron al Camp Nou. Su carácter rebelde le valió un camión de tarjetas y no pocas polémicas con Núñez, que tras su espantá de la final de Sevilla (se fue al hotel cuando le sustituyeron) le dejó un año sin jugar y él denunció al club. Renunció a la selección alemana con 23 años.