Patrick Beverley tiene 31 años y cumple su tercera temporada en los Clippers, que apostaron por él este verano como una de las piezas clave en una rotación digna de equipo campeón, el único listón posible para un proyecto que sumó a Kawhi Leonard y Paul George. Con un contrato de 3 años y 40 millones de dólares, el base hacía caja por fin después de trabajarse su sitio en la NBA y de ganarse fama de especialista defensivo, aspecto en el que ahora mismo hay pocos bases como él en la liga a pesar de su 1,85 de altura. Beverley, entre otras cosas, entra a todos los trapos y no le tiene miedo a nada. Herencia de una carrera en la que tras ser drafteado por los Lakers (número 42 en 2009) tuvo que pasar por Ucrania (Dnipro), Grecia (Olympiacos) y Rusia (Spartak de San Petesburgo).