Invitado inesperado por Rüdiger
El mundo no esperaba en pleno siglo XXI una guerra como la que está transcurriendo en Ucrania tras la invasión de Rusia. Tampoco el Chelsea ni Antonio Rüdiger, a los que les han salpicado de lleno las consencuencias, hasta futbolísticas, entre las infinitas de un conflicto bélico. Todo iba viento en popa en Stamford Bridge, con el único lunar de la polémica en torno a las declaraciones y el runrún deportivo con, hasta que Putin, amigo íntimo de Roman Abramovich, dio la orden. Esa amistad le ha costado cara a los blues, ahora mismo aturdidos por su extraña situación.


