De noche y de día, al aire libre y bajo techo, con el pie izquierdo permanentemente lesionado, por el lado más difícil del cuadro y después de ganar al número uno del mundo y también al tres con un poquito de fortuna involuntaria y desgraciada, por la lesión de Alexander Zverev. Así volvió a la final de, que jugará el domingo (15:00) ante Casper Ruud o Marin Cilic después de pasar por retirada del alemán, que estaba compitiendo bastante bien, cuando le vencía por 7-6 (8) y 6-6 en un partido que transitaba por su tercera hora (y 18 minutos). Zverev se torció el tobillo derecho al intentar devolver un tiro del balear y abandonó entre lágrimas tras salir en silla de ruedas y volver a la pista con muletas. El duelo iba para épico hasta que el infortunio lo detuvo cuando la fatiga hacía ya mella en los dos jugadores.