La llamada a la concienciación de los Celtics tras el primer encuentro de la serie con los Bucks surtió efecto. Ese choque inicial fue una continua perdición para ellos: no metían los tiros, se les lesionaba un jugador para equilibrar la baja de Middleton en el otro equipo, se les escapaba la defensa a Antetokounmpo (28+9+7) en la zona y, en definitiva, la caída fue preocupante. Se veía demasiada diferencia para un enfrentamiento que se preveía parejo, en el que ellos contaban con la cancha a favor y teniendo su rival esa importante ausencia en su alineación. Curiosamente ha tenido que llegar, además del cambio de chip a nivel mental, una sacudida en la plantilla para que se haga posible la victoria que pone el 1-1. Marcus Smart, Jugador Defensivo del Año, no fue de la partida por un golpe en el muslo derecho y su participación peligra también para el próximo, convirtiéndose en sólo un problema menor viendo la reacción de sus compañeros. Tatum (29) y Brown (30) se parecieron más a los de la megaracha de final de temporada que a los del último encuentro, metieron los tiros; Derrick White fue el base titular, aunque falló los seis tiros que intentó; Al Horford (11) no tuvo que estar tan exigido en ambos lados; Grant Williams (21) fue el tercero mejor en discordia y empieza a ser un problemón para el contrincante. Ésos son los nuevos Celtics. Con estos mimbres sí pudieron no sólo hacer frente a los Bucks sino ganarles, por 109-86, ejerciendo una defensa de playoffs sin su mejor hombre para ello.