Habrá quinto partido. La victoria de los Mavericks puede ser la guinda a una temporada que acaban con matrícula de honor. Quizá la última, a no ser que los Warriors se hagan de rogar y caigan en el Chase Center, donde solo no han perdido un solo en todos los playoffs (8-0). Un encuentro más que es casi como un final justo y poético a una temporada histórica para la franquicia texana, que ha plantado cara a un equipo que ha tenido que guardar la escoba y se han quedado sin sweep. No iba a ser justo para los de Jason Kidd decir adiós así a una eliminatoria que ha sido el final a una temporada titánica, épica, en la que se han colado de forma tan inopinada como merecida en unas finales de Conferencia en las que son el invitado de honor con toda meritocracia. Y, tras mejorar, hacerse fuertes en el rebote, anotar los triples y no renunciar a atacar la zona, los Mavs se han hecho con una victoria que pone el 3-1 en la serie y les da un premio fantástico tras las dispares sensaciones generadas tras los tres primeros encuentros.