, ha puesto fin a una temporada sobresaliente del equipo texano. Comenzaron el curso con muchas dudas. Se fue Rick Carlisle, una institución en la franquicia y el entrenador que les llevó a su único anillo en 2011, y llegó Jason Kidd, un hombre que hasta ahora había estado lejos de triunfar es sus anteriores aventuras como entrenador. También hubo despidos entre la directiva y la relación entre Doncic y Porzingis amenazaba con hacer saltar todo por los aires. Además, existían dudas razonables de que la plantilla tuviese la suficiente calidad para acompañar al esloveno en una carrera larga por los playoffs.